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La democratización de la Fotografía

 

¿Qué valor tiene actualmente un fotógrafo profesional?

 

Todos hemos escuchado cosas como «todo el mundo es fotógrafo», «mi cuñado (o mi primo) hace muy buenas fotos también», «con esa cámara no me extraña que te salgan fotos así» o «mira qué fotos hago con mi móvil». Estamos ante la democratización de la fotografía.

Pero esto no siempre fue así. Antes el fotógrafo era un profesional reconocido. Tenía conocimientos de óptica y química (revelaba sus películas). Y se le reconocía su dedicación y su trabajo. Se le tenía estima. Capturaba momentos únicos con un aparato (la cámara) que no tenía todo el mundo y quien la tenía no siempre tenía los conocimientos suficientes para usarla correctamente.

Y ahora, ¿qué pinta el fotógrafo profesional? El fotógrafo profesional sigue estudiando, incluso más que antes. La inversión de dinero es continua en cursos y talleres con los grandes maestros contemporáneos de la fotografía, lo cual nos obliga a viajar y a dedicar tiempo que a veces casi ni tenemos.

 

la democratización de la fotografía

Sesión realizada a nuestra compañera Andrea Design y su pareja, fotógrafos profesionales

Hace unos días me desplacé al norte de España para realizar un reportaje de boda. Me encontré el intrusismo profesional personificado en un DJ. Sí, un DJ. Durante el cóctel este chaval volaba un dron sobre la terraza del restaurante grabando a los invitados. Pero… ¿se puede volar un dron sobre una terraza de un restaurante? No. Y… ¿sin haber obtenido la licencia correspondiente? Menos todavía. Pero este campeón lo volaba.

Estuvo realizando fotografías en un photomatón compuesto por una cámara y una televisión de grandes dimensiones. Bajo estos dos elementos tenía la impresora, con la que imprimía fotos de mala calidad y subexpuestas para entregar a los invitados en pocos minutos. Sí, hacía todo él solito. Bueno, con un ayudante, pues el campeón tenía que atender la música cuando se acordaba.

Mientras se desarrollaba este espectáculo de felicidad, pasión y algarabía proporcionado por el DJ, los invitados se acercaban a nosotros para recomendarnos que introdujéramos el dron y el photomatón en bodas posteriores. La respuesta era siempre la misma: «No se puede volar un dron sobre una boda y menos sin licencia» y «nosotros ofrecemos el photomatón, pero tiene un coste adicional y no nos lo han contratado los novios».

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Y para rematar, este buen hombre se acerca a nosotros con decisión, altanería y seguridad en sí mismo y nos pide fotos tomadas durante la ceremonia. Esto suponía que dejáramos de trabajar pues teníamos que dejarle nuestras tarjetas de memoria para ser introducidas por el DJ en su ordenador y que este señor rebuscara en nuestro trabajo entre miles de fotografías y escogiera las que más le gustaran con el fin de proyectar algunas en el baile.

Pero… ¿de verdad pensaba este chaval que un profesional se la juega con su trabajo «prestando» sus tarjetas de memoria para introducirlas en un ordenador de un desconocido? A juzgar por la firmeza de sus pretensiones me temo que estaba convencido de ello.

Como la respuesta fue negativa, a pesar de sus palabras, con mirada desafiante exclamó «se nota que sois nuevos» y se marchó. Me temo que el nuevo es él. Muy probablemente cuando nosotros ya trabajábamos realizando reportajes de boda él aún estaba en el colegio, donde no le enseñaron ni a respetar la ley ni modales.

Este tipo de situaciones las tenemos que soportar de vez en cuando los fotógrafos profesionales debido (y retomo el principio del artículo) a la democratización de la fotografía y a la creencia de que todo el mundo que tiene un iPhone o móvil de similares características es fotógrafo. Unido a que, por supuesto, no hay que estudiar para ser profesional, sino que es un don divino que se te otorga por ser quien eres. No le veo una solución a corto plazo. Pero sí creo en que hay que seguir demostrando ahora más que nunca seriedad, educación y elevados conocimientos frente a quien cree que cualquiera puede ser fotógrafo.

¿Qué opinas de la democratización de la fotografía? Déjame abajo tus comentarios.

Jesús Cabanillas, fotógrafo profesional

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